Feliz Cumpleaños, mosén Damián

12.02.2016 23:30

Hace exactamente un año recordábamos el 99 cumpleaños de mosén Damián Iguacén (si se nos disculpa el tratamiento, poco adecuado para un Obispo emérito -jubilado durante el ejercicio del puesto-), podéis visitar la entrada pulsando aquí

El doce de febrero de 2016 cumple 100 años Damián Iguacén Borau. Ya es conocido en nuestra web: en 1969 y tras un retiro de unas semanas en el Santario de Nocito terminó de escribir su inigualable "Vida de San Úrbez, Sol de la Montaña"; redactó los estatutos de la refundada en la misma década Cofradía de San Úrbez de Huesca, con sede canónica en San Pedro el Viejo; y además recibió en su primera peregrinación del camino de San Úrbez a estos humildes romeros, cuando él comenzaba a avanzar por el camino de los noventa años. Y el libro de romeros de San Úrbez que obra en San Pedro donado por estos romeros modernos lleva su dedicatoria.

No olvidaremos nunca la homilía que nos conmovió y cómo departimos amablemente en la Sacristía después de los oficios.

Abajo, portada de su popularísimo libro sobre San Úrbez. La calidad, amenidad, y modernidad de la obra llaman la atención.

Para conmemorar tal efeméride, traemos aquí, qué mejor, la noticia que Radio Huesca en la web indica:

 

"Damián Iguacen Borau, Obispo emérito de Tenerife, cumplirá el próximo viernes, 12 de febrero, cien años. Con este motivo, la diócesis de Huesca, donde vive desde hace muchos años, le ha preparado un homenaje en la Catedral de Huesca, ese mismo día, a las 12 y media de la mañana. A la celebración asistirán autoridades religiosas de toda España, familiares y amigos.
 
Natural de la localidad zaragozana de Fuencalderas, monseñor Iguacen fue obispo de Barbastro, Teruel y Tenerife. Fue ordenado sacerdote, al servicio de la diócesis de Huesca, por el Obispo Lino Rodrigo, el 7 de junio de 1941. En su larga carrera pastoral, impulsó y promovió muchas iniciativas, que hoy en día siguen vigentes en ámbitos como la educación prematrimonial, la juventud, los enfermos o el patrimonio cultural de la Iglesia.
 
Sacerdote en varios pueblos de la provincia de Huesca, vicerrector del seminario, párroco de la Basílica de San Lorenzo, de 1955 a 1969, y posteriormente Obispo de tres diócesis. Damián Iguacen, que participó en las comisiones episcopales de Liturgia o Vida Religiosa, mostró, sobre todo una gran sensibilidad por el gran patrimonio de la Iglesia, lo que le llevó a promover la creación de la Comisión Episcopal de Patrimonio Cultural. Asegura que la Iglesia crea arte para anunciar el Evangelio, y que el Patrimonio lleva a Dios, que es la belleza.
 
En una entrevista que mantiene en la publicación de la Diócesis, Pueblo de Dios, hace balance de sus 100 años de vida, agradeciendo a Dios que puso en él la ilusión de ser sacerdote, y a través del sacerdocio, llevar almas al Señor, salvar personas y hacer felices a quienes le tratan. Asegura que ha sido un pecador, que no todo lo ha hecho bien pero que, con malicia, puede decir, que no ha hecho nada."
 
Abajo, probablemente Nocito, 1970. Véase la parrilla de nuestro San Lorenzo en el báculo.

La citada entrevista vale la pena leerla, la transcribimos aquí de la web de la Diócesis de Huesca:

 

"Mons. Damián Iguacen Borau, Obispo emérito de Tenerife, cumplirá el viernes, 12 de febrero, cien años. Con este motivo, la diócesis de Huesca, donde vive actualmente, ha preparado un homenaje en la Catedral de Huesca, ese mismo día, a las 12:30 de la mañana.
 
Natural de Fuencalderas (Zaragoza), ha sido obispo de Barbastro, Teruel y Tenerife. Ordenado sacerdote al servicio de la diócesis de Huesca por monseñor Lino Rodrigo el 7 de junio de 1941, ha impulsado y promovido muchas iniciativas que hoy en día siguen vigentes en ámbitos como la educación prematrimonial, la juventud, los enfermos, o el patrimonio cultural de la iglesia.
 
 
¿Cómo fue su recorrido por las diferentes diócesis de Aragón en las que trabajó?
 
Mi primer pueblo fue de la diócesis de Huesca, Ibieca, seguido de Aguas, Liesa, Panzano y Santa Cilia. Allí, estuve muy bien. También estuve en la zona de san Úrbez, en Torla, en Fragen, en Viú… Después, me trasladaron al Seminario de Huesca, donde estuve durante 4 años de vicerrector y desde allí, ya empecé a dar ejercicios espirituales. Además, trabajé un tiempo en el Seminario de Zaragoza y luego volví a Huesca a la parroquia de San Lorenzo.
 
 
En la Basílica de San Lorenzo de Huesca fue párroco de 1955 a 1969, ¿Qué significa para usted esta etapa?
 
Significa mucho porque el Señor me dio muchas posibilidades, en esa parroquia, para atender a la gente. En aquellos años, hicimos unas experiencias muy buenas que repercutieron en toda España, atendimos sobre todo a los que estaban exiliados y a enfermos, porque después de la Guerra Civil hubo un poco de represalias.
 
Una de las iniciativas, que más éxito tuvo, fueron los cursos de preparación al matrimonio, que se extendieron por toda la geografía española y ahora, son obligatorios. También ofrecimos ejercicios espirituales a matrimonios y a partir de allí, me llamaron de muchas diócesis para dar ejercicios. He estado en Cuba, Argentina, Brasil, Italia, Francia. Los ejercicios espirituales han sido una de mis ocupaciones principales.
 
 
Formó parte de diferentes comisiones episcopales, de Liturgia, de Vida Religiosa, de Patrimonio Cultural… y de esta última, fue impulsor.
 
El área de Patrimonio Cultural era totalmente desconocida, pero yo tenía una sensibilidad especial por este tema. No existía esta comisión, todo lo que hay se empezó entonces y lo que se hizo fue ponerla a funcionar en atención a cuidar el Patrimonio Cultural y a hacer del Patrimonio Cultural un medio de evangelización. Así continúa, aunque me gustaría que siguieran con más garra.
 
Es un tema muy bonito. La Iglesia crea arte para anunciar el Evangelio porque, todo eso que nos gusta, tiene una trascendencia. No nos quedemos en lo bonito que es o en la técnica. El patrimonio nos lleva a Dios, que es la belleza. Muchas personas un poco alejadas de la religión o no creyentes, me han dicho: pues mire, yo ya voy creyendo por eso que nos ha explicado. Una de las cosas por lo que más contento estoy es por haber anunciado el Evangelio desde el Patrimonio.
 
 
¿Qué balance o qué reflexión hace de estos cien años de su vida y más de 50 de servicio a la Iglesia como obispo?
 
No tengo palabras para dar gracias al Señor. No sé porque puso en mí esa ilusión de ser sacerdote y a través del sacerdocio llevar almas al Señor, salvar personas, hacer felices a las personas que me tratan, a la gente que me conozca… He sido un pecador. No todo lo he hecho bien, pero con malicia puedo decir que no he hecho nada.
 
 
Huesca, 1 de febrero de 2016"
 

Julio Brioso en "Las Cuatro Esquinas" en 2002 hizo un maravilloso artículo titulado "Damián Iguacén. El Obispo infatigable", podéis bajároslo aquí, vale mucho la pena.

Dios y San Urbez guarden a Vd. muchos más años aún, mosén Damián.