En Albella de romería de San Úrbez
De nuevo se ha celebrado la romería que los pueblos de Albella y Planillo organizan el sábado de Pascua de Pentecostés en la ermita de San Urbez.
Y de nuevo ha sido un éxito de participación, de novedades en la mejora del templo y la tradición de San Urbez, y de confraternización de los diversos puntos de tradición y devoción urbeciana.
Abajo: la ermita desde los terreros del camino a Planiello.
Ya el viernes se juntan vecinos y amigos para montar el escenario, la barra del bar, los bancos y el altar de fuera de la ermita donde se celebrará la misa, las mesas y sillas del ayuntamiento y de San Felices, para que todo el mundo pueda comer en el pueblo…y este año con algún miembro de la cofradía de Nocito y descendientes de casa Ayneto, para dejar apañado el sitio de la borda de Ayneto, donde comemos desde el año pasado tanto los descendientes de casa Ayneto, como los miembros del Quiñón de Buerba, de la cofradía de Nocito y de Ceresola que nos podemos juntar. Agradecimientos a su actual propietario, Carlos, pos su gentileza, aún no pudiendo muy a su pesar no estar este año de cuerpo presente.
Además, esta año estaba la novedad de estrenar nueva campana en la ermita, ya que la vieja estaba rajada e inservible por haber fallado en yunque y el contrapeso y resultar imposible tocarla. Después de 35 o 40 años iba a tocarse de nuevo la campana de la ermita durante la procesión, campana que era tañida por los niños del lugar, y que de nuevo así fué, ya que con la ayuda de un mayor los niños (niñas en este caso) voltearon el bronce tras años de silencio. Ojala en pocos años se pueda volver a oír también tocar al unísono la de la iglesia, como tantos y tantos decenios, incluso siglos, debió suceder.
Abajo: imagen actual tras la instalación de la nueva campana. La pintura nueva de hace unos meses acentúa el carácter que visualmente ha tomado la ermita de faro del Ara medio.
Abajo: detalle de la creación de Pallás. "Mi cuerpo viene conmigo, que Albella guarde mi alma".
Abajo: los niños de Albella tocando la campana con ayuda.
Como siempre, se formó la procesión a las 12:30 en la “fuente la cruz”, sitio donde según la tradición San Urbez se despidió del pueblo de Albella. Muy acertadamente, la inscripción de la nueva campaneta de la ermita, recuerda la leyenda de las emotivas palabras del santo al despedirse:…”mi cuerpo viene conmigo, que Albella guarde mi alma…”, leyenda que se ha grabado también en una bonita cinta verde que se entregaba al final de la misa en la adoración de la reliquia que como indicaremos bajan los devotos de Valle de Vió.
Desde allí, con la cruz del pueblo abriendo la procesión, seguida de la bandera de Albella, a juntarse y hacer la reverencia con las banderas de Lacort y Jánovas que esperan en la iglesia.
Tras ellas, desde hace tres años con éste, el estandarte de la cofradía de Nocito, después San Urbez, y cerrando la procesión la Inmaculada Concepción. Además, este año, no menos de 250 o 300 personas…todo con el alegre sonido de la campaneta de la ermita.
Abajo: clásica imagen de la procesión cruzando el campo de Ayneto, esta vez dallada la hierba ya. Al fondo, la novedad de la consolidación de la torre de la ruinosa parroquial. El crucero es Ramón de casa Fuertes, y detrás el primer abanderado con la de Albella es Silvino de Cebollero, a su diestra Fernando de Villacampa, prior de la Cofradía de San Úrbez de Albella.
Señalar que además, se estrenaron acompañando la procesión y tocando la tonadilla de los gozos de Albella un grupo de músicos tradicionales que con gaitas, salterios y otros instrumentos realizaron el recorrido procesional.
Abajo: la Inmaculada Concepción.
Al llegar la procesión a la ermita, las tres banderas saludan a San Urbez y la Virgen y da comienzo la celebración, también con cura nuevo, recién incorporado a Boltaña, D. Guillermo Gómez, persona de muy buen carácter y palabra que nos ofició de manera excelente y transmitiendo su alegría y emoción por el entorno, el santo, las gentes…
Abajo: distintas estampas de los alardes con los pendones o banderas de los pueblos circundantes. A San Úrbez lo portean bajo las pesadas banderas un devoto de Planiello (de casa Brotiello) y otro de Albella (de casa Cebollero).
Tras la misa, se besa la reliquia que también desde hace unos años ceden para ese día los amigos de valle de Vio, concretamente su custodio, D. Ricardo Lardiés, quien también nos acompaña este día, y ya la bendición de la caridad.
Abajo: bonita estampa desde el altar hacia los devotos.
(pulsar para ampliar)
Todo el mundo visita la ermita, se charla, se pasa un buen rato y ya la gente se empieza a retirar para ir a comer, normalmente los de Albella en sus casas, los de Lacort en la entrada y cubierto de casa Villacampa, los de Jánovas en el huerto Ayneto, y los de la borda Ayneto ya nombrados en lo que fue la cuadra, que no por haberlo sido desmerece, pues todos tenemos en el corazón que estamos comiendo donde muy probablemente un Urbez pastor, cerrara el ganado o pasara alguna noche incluso, en sus años "afirmado" en casa Ayneto.
Tras las animadas comidas y sobremesas, todo el mundo va acudiendo al baile, donde se hacen charradas, se sorteó un cordero, se hace algo de merienda…y nos despedimos, quedando para futuras romerías en Nocito, o para la reunión de cofradías de agosto, o para cualquier ocasión que surja el volvernos a ver con motivo de “nuestro” buen santo pastor.
Crónica de Óscar Ballarín
(pulsar aquí para ir a la página principal)